En una encendida cadena nacional, el presidente Javier Milei realizó un balance de sus primeros dieciocho meses de gobierno y lanzó una advertencia sin precedentes al Congreso, al que acusó de impulsar medidas que ponen en riesgo el equilibrio fiscal y el futuro económico del país. “Si quieren volver atrás, me van a tener que sacar con los pies para adelante”, sentenció el mandatario, en un discurso que combinó datos concretos de gestión, anuncios de nuevas políticas y un fuerte mensaje político de cara a las elecciones legislativas de octubre.
Milei inició su alocución recordando el mandato que recibió en las urnas: erradicar la inflación y sentar las bases de un crecimiento sostenido. Según los datos que presentó, la inflación interanual se desplomó del 300% al 25% y podría desaparecer hacia mediados del próximo año. Asimismo, afirmó que 12 millones de personas salieron de la pobreza, incluidos 2,5 millones de jóvenes, y que la indigencia cayó del 20,2% al 7,3%. “No se puede arreglar en dos años lo que se destruyó en casi un siglo”, señaló, subrayando que los logros alcanzados son fruto de sacrificio y disciplina fiscal.

El Presidente alertó que retroceder en este camino significaría repetir el “peor historial de defaults de los últimos 100 años” y volver a depender de la emisión monetaria o del aumento de impuestos, opciones que —advirtió— llevarían inevitablemente a la hiperinflación, la pobreza y el estallido social. “No hay ninguna posibilidad de que yo permita que esto suceda. No vamos a volver al pasado, no vamos a volver al sendero de la decadencia”, afirmó.
Entre las iniciativas del Congreso que criticó, mencionó la reinstalación de la moratoria previsional, el aumento del salario docente y las pensiones por discapacidad, que implicarían un gasto adicional del 2,5% del PBI. A su juicio, estas medidas carecen de financiamiento genuino y obligarían a endeudarse o a emitir moneda, con consecuencias negativas para toda la población. “Esto se trata de una clase política que hace dos años perdió el poder y van a hacer cualquier cosa con tal de recuperarlo, sin importar si ello implica destruir la estabilidad que tanto nos ha costado conseguir”, denunció.

Para blindar el equilibrio fiscal y la política monetaria, Milei anunció dos medidas históricas. La primera: instruir al Ministerio de Economía para prohibir que el Tesoro financie el gasto primario con emisión monetaria, cerrando así la puerta a cualquier préstamo del Banco Central. La segunda: enviar al Congreso un proyecto de ley que penalice la aprobación de presupuestos nacionales con déficit fiscal, estableciendo la obligación de equilibrio o superávit y sanciones para legisladores y funcionarios que incumplan.
El mandatario dedicó un tramo central de su discurso a explicar, desde su perspectiva de política monetaria, por qué la emisión de dinero sin respaldo destruye el valor de la moneda y empobrece, en especial a los sectores más vulnerables. Negó que el precio del dólar determine la inflación sin expansión monetaria y calificó como demagógica la idea de solucionar problemas sociales con más gasto sin recursos genuinos. “Imprimir dinero no genera riqueza”, enfatizó.
El presidente Javier Milei afirmó que el Congreso hizo “un papel lamentable” al voltear sus reformas: “Usando causas nobles como excusas, promulgan leyes que irremediablemente llevan a la quiebra nacional”.
En la recta final de su mensaje, Milei planteó a la ciudadanía y al Congreso una elección entre dos modelos: el de su gobierno, basado en superávit fiscal, reglas de mercado y crecimiento genuino, o el de la vieja política, que —según advirtió— llevó al país a crisis recurrentes mediante el gasto financiado con deuda y emisión. “Tenemos que elegir entre la responsabilidad o el realismo mágico. Entre hacer lo correcto, aunque implique tener paciencia, o tomar el atajo e inevitablemente volver a chocar”, advirtió.
Cerró citando a Virgilio y Ludwig von Mises, invocando “la bendición de Dios y las fuerzas del cielo” para continuar su lucha contra lo que denominó “la adicción política al gasto sin respaldo”. Y dejó claro que el desenlace de esta confrontación se resolverá en las urnas: “jamás cedamos frente al mal. Vamos a combatirlo con mucha más fuerza”.