El uso de Inteligencia Artificial en la serie El Eternauta, revelado por el propio co-CEO de Netflix, Ted Sarandos, generó un fuerte eco en la industria. Ahora, la Academia Española de Cine reaccionó con un cambio rotundo: anunció que limitará el uso de estas tecnologías en las producciones que aspiren a competir por los Premios Goya.
Este viernes, la entidad comunicó oficialmente que, a partir de la próxima edición, solo serán admitidas aquellas obras cuya autoría y desarrollo técnico estén a cargo de “personas físicas identificables”. Es decir, el uso de IA será permitido únicamente como una herramienta de apoyo y bajo supervisión humana directa, sin reemplazar la creatividad o la autoría.
La escena con IA que desató el debate
Días atrás, Netflix confirmó que en El Eternauta —la superproducción argentina estrenada en abril y protagonizada por Ricardo Darín— se utilizó Inteligencia Artificial Generativa para crear una de sus secuencias más impactantes: el derrumbe de un edificio en plena ciudad de Buenos Aires.

“Con herramientas basadas en IA lograron un resultado impresionante, y en una décima parte del tiempo habitual”, expresó Sarandos durante una reunión con inversores. Además, destacó que se trató de la primera producción original de Netflix en la que se aplicó este tipo de tecnología de forma concreta.
El ejecutivo remarcó que la intención no fue reemplazar artistas, sino potenciar su trabajo con nuevas herramientas. “Estas tecnologías están ampliando las posibilidades narrativas. Lo importante es que siguen siendo personas reales haciendo un trabajo real”, sostuvo.
Una industria dividida entre innovación y límites
Mientras Netflix avanza en la incorporación de IA para efectos visuales, previsualización y desarrollo de herramientas internas, crece la preocupación en sectores del cine que temen por el desplazamiento de creativos y técnicos. Las recientes huelgas en Hollywood y las advertencias de gremios artísticos evidencian esa tensión.

El caso de El Eternauta fue solo un ejemplo del potencial —y también del conflicto— que trae la automatización. La serie mostró cómo se puede reducir costos y acelerar tiempos sin perder calidad, pero también encendió alarmas sobre la autoría, los derechos de imagen y la integridad creativa.
Con las nuevas reglas, la Academia Española de Cine se posiciona de manera clara: los Goya no premiarán obras donde la IA sustituya el trabajo humano en aspectos fundamentales. Así, el reconocimiento al avance tecnológico en una plataforma como Netflix fue, paradójicamente, el catalizador de un límite institucional.
Mientras una parte de la industria se maravilla con lo que la IA ya es capaz de crear, otra pone freno y traza líneas. Los Goya respondieron primero. El debate recién empieza.