Un nuevo hecho delictivo con un cuidacoches como protagonista ocurrió en plena madrugada en barrio Nueva Córdoba. El detenido fue identificado como Gustavo Gamboa, de 30 años. El hecho se suma a una serie de episodios similares que preocupan a los vecinos.
La Policía actuó tras llamados al 911 que alertaban sobre un hombre con actitud sospechosa cerca de varios vehículos. Cuando los agentes llegaron al cruce de Chacabuco y Rondeau, lo sorprendieron dentro de un Chevrolet Corsa. El auto presentaba daños visibles en la puerta del conductor, señal de que fue forzada.
El delincuente intentó escapar a pie arrojando objetos que llevaba consigo, pero fue reducido a pocos metros. Entre sus pertenencias se halló un estuche con un estéreo presuntamente robado minutos antes. También tenía una campera negra con dinero, un cuchillo y un chaleco refractario.
Detalles del procedimiento policial
Además del estéreo, los uniformados incautaron los otros elementos que el hombre llevaba consigo, entre ellos el arma blanca. El cuchillo, tipo Tramontina, estaba oculto entre sus prendas, lo que refuerza la hipótesis de que planeaba cometer más robos. El chaleco refractario confirmaba que trabajaba como naranjita en la zona.
Tras la detención, Gamboa quedó a disposición de la Justicia y fue trasladado a sede policial junto con las pruebas secuestradas. Desde la fuerza provincial señalaron que la respuesta fue inmediata gracias a la colaboración ciudadana. El procedimiento evitó que el hecho pasara a mayores.
Este caso vuelve a poner en debate la falta de control sobre los cuidacoches que operan en la capital cordobesa. Muchos vecinos reclaman que se regule su actividad o se los retire de la vía pública para prevenir más delitos. Organizaciones civiles piden endurecer las sanciones para quienes reincidan.
La polémica por los naranjitas en Córdoba
La figura del cuidacoches genera fuerte controversia en la ciudad, donde no existe una regulación clara sobre su trabajo. En zonas como Nueva Córdoba, Güemes y el centro, los naranjitas se han convertido en parte del paisaje urbano, pero con crecientes denuncias por aprietes y hechos delictivos.
Vecinos y comerciantes sostienen que, lejos de brindar seguridad, algunos cuidacoches aprovechan su presencia para marcar autos y cometer robos. La Municipalidad había intentado avanzar en un registro oficial, pero el proyecto quedó paralizado y nunca se implementó un control efectivo.
Para asociaciones vecinales y organizaciones de seguridad, la ausencia de normativa genera un vacío legal que permite que estos hechos se repitan. Proponen sanciones más duras y medidas preventivas, como patrullajes constantes en sectores críticos y la prohibición de la actividad en áreas conflictivas.
