Un hombre nacido en Córdoba fue condenado en España a 433 años de prisión por delitos sexuales contra al menos 25 niños. Se trata de Aldo Maximiliano Vannucci, de 46 años, quien usó el videojuego en línea Fortnite para contactar a menores. Aprovechando la confianza ganada, les ofrecía regalos virtuales a cambio de videollamadas con contenido sexual.

Las autoridades españolas confirmaron que el sujeto almacenaba capturas de estas imágenes en una carpeta bautizada “angelitos”. En varios casos, llegó a producir material considerado pornografía infantil. Su modo de operar lo mantuvo oculto hasta 2021, cuando los padres de una víctima de 9 años realizaron la denuncia.

Vannucci fue declarado culpable de una decena de delitos de abuso sexual, siete de elaboración de pornografía infantil y 13 casos de grooming. También fue condenado por un caso de violación a una joven de 16 años, hija de una amiga suya. El fallo incluye además la obligación de indemnizar a las víctimas por un total de 90.000 euros.

Dos personas caminando por un pasillo hacia una puerta de barrotes, una de ellas lleva una camiseta roja y la otra una camiseta negra y la mano en su espalda
El degenerado fue sentenciado a 433 años por delitos sexuales en España | La Derecha Diario

Modus operandi y contacto virtual con las víctimas

Los hechos comenzaron a investigarse a partir de un reporte de la Guardia Civil española en julio de 2021. Detectaron que el cordobés utilizaba el juego Fortnite para contactar a chicos de entre 9 y 13 años. Desde allí les ofrecía “pavos”, la moneda virtual del juego, y artículos de personalización como forma de ganarse su confianza.

Luego de establecer vínculo, Vannucci lograba mantener videollamadas en las que pedía que los menores mostraran sus genitales. Aunque no trascendió qué aplicación usaba para estos contactos, las imágenes eran grabadas sin consentimiento. El material era posteriormente difundido en redes vinculadas al circuito pedófilo.

Durante un allanamiento autorizado por el Juzgado de Instrucción,  la policía encontró una carpeta con fotos y videos identificables de al menos 25 víctimas. La mitad de ellas aún no pudo ser reconocida formalmente. El registro de su vivienda permitió establecer el alcance total de sus crímenes digitales y físicos.