Con Milei en el ejecutivo, la pobreza en la Ciudad de Buenos Aires cayó más de 15 puntos en un año y alcanza su nivel más bajo en un primer trimestre desde 2022. El reordenamiento fiscal, la estabilización macroeconómica y la derrota de la inflación ya impactan en los sectores más postergados.
En un escenario que pocos creían posible hace tan solo un año, la Ciudad de Buenos Aires registró una caída drástica de la pobreza durante el primer trimestre de 2025, consolidando un cambio de tendencia que comienza a percibirse en todo el país tras los primeros seis meses de gobierno de Javier Milei.
Según cifras oficiales del Instituto de Estadística y Censos porteño (DGEyC), la pobreza afectó al 19,9% de la población —equivalente a 613.000 personas—, lo que representa una mejora sustancial frente al 35,1% registrado en el mismo período de 2024: una baja de 15,2 puntos porcentuales en apenas un año. Se trata del nivel más bajo en un primer trimestre desde 2022.
La indigencia también mostró un retroceso significativo y se ubicó en el 6,2% de la población, mientras que el 13,7% restante corresponde a personas en situación de pobreza no indigente. En términos de hogares, el 15,2% se encuentra en la pobreza (unos 206.000 hogares) y el 4,1% en la indigencia (56.000 hogares).
La mejora en los indicadores sociales de la Ciudad no es aislada ni espontánea. La desaceleración de la inflación, el sinceramiento de precios relativos, la política de déficit cero y la recuperación de la credibilidad económica impulsada desde la Casa Rosada comienzan a materializarse en datos concretos.

Entre los grupos más impactados por la pobreza aún persisten los hogares de la zona sur de la ciudad (27,2%) y aquellos con niños menores de 14 años (28,2%). En contraste, los hogares con adultos mayores presentan niveles considerablemente menores de pobreza (13,3%).
El ingreso per cápita familiar de los hogares indigentes se ubicó en $88.282, mientras que en los pobres no indigentes fue de $263.483. En promedio, para que un hogar salga de la pobreza se necesitaría una transferencia de $330.572, lo que representa una brecha del 35,3% respecto del valor de la canasta básica total.
El coordinador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, Agustín Salvia, explicó que parte de la mejora en los registros se debe también a factores metodológicos y técnicos: “Hubo una mejora en la captación de los ingresos, lo cual es favorable desde el punto de vista técnico”, aunque advirtió que eso introduce “problemas de comparabilidad en la serie”.
Pero más allá de debates académicos, la tendencia es contundente: la pobreza se reduce y el segmento medio vuelve a crecer. El sector medio fue el de mayor expansión interanual y ya representa el 52,5% de los hogares porteños y el 48,6% de la población total (aproximadamente 1.500.000 personas). Esta categoría se incrementó 11,1 puntos porcentuales en hogares y 11,2 puntos en población en solo un año.
También los sectores acomodados ampliaron su presencia: alcanzan al 13% de los hogares (176.000) y al 10,8% de la población (332.000 personas). Si bien todavía no recuperan los niveles de 2023, superan los registros de 2024, cuando la recesión y la inflación habían golpeado duramente al poder adquisitivo tras la salida del cepo y la fuerte devaluación.

En cuanto al sector medio frágil —hogares en el umbral entre la clase media y la vulnerabilidad—, se mantuvo estable: 10,4% de los hogares y 11,7% de las personas. Los hogares vulnerables, por su parte, descendieron al 8,9% (120.000 hogares), en los que vive el 9% de la población (279.000 personas), marcando un retroceso frente al 11,4% del año anterior.
Si se suman los hogares pobres y vulnerables, el total alcanza al 24,1% de los hogares (326.000) y al 28,9% de la población (892.000 personas). A pesar de representar aún una fracción significativa de los porteños, esta cifra era del 46,4% tan solo un año atrás, lo que implica una caída de 17,5 puntos porcentuales en apenas doce meses.