El presidente Javier Milei se apresta a lanzar la etapa más decisiva de su gobierno: un ambicioso paquete de reformas estructurales que buscará transformar de raíz las bases laborales, impositivas y previsionales del país. Las iniciativas ya están en proceso de diseño en los ministerios claves y serán el eje del nuevo ciclo legislativo que se abre en diciembre tras el recambio parlamentario. Con la economía estabilizándose y el respaldo creciente de la opinión pública, Milei se encamina a consolidar una verdadera revolución institucional que, de aprobarse, marcará un punto de inflexión histórico.
El puntapié inicial fue dado este martes con el lanzamiento del Consejo de Mayo, un órgano multisectorial integrado por referentes políticos, empresariales y sindicales, cuyo objetivo es construir consensos sobre políticas de largo plazo. Sin embargo, puertas adentro, las verdaderas decisiones ya están siendo discutidas entre los equipos técnicos de los ministerios de Capital Humano, Economía y Desregulación, bajo la coordinación directa de Sandra Pettovello, Luis Caputo y Federico Sturzenegger.

Este último, uno de los arquitectos intelectuales del programa libertario, también forma parte del Consejo junto al secretario general de la UOCRA y dirigente de la CGT, Gerardo Martínez, quien confirmó que la reforma laboral fue tema de conversación con el Ejecutivo:
“La CGT va a traer su propuesta y tendremos la posibilidad de ser escuchados”, afirmó desde la Casa Rosada. También el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, se mostró dispuesto al diálogo y planteó la necesidad de aggiornar el sistema de convenios colectivos: “Seguramente todos entienden que hay que ir modernizando cada rama de actividad. En otros países hay modificaciones anuales o bianuales y nosotros tenemos una mayor rigidez”.
La prioridad inmediata para el Gobierno es avanzar con las reformas laboral e impositiva, consideradas esenciales para dinamizar el empleo formal y reducir los costos del sistema productivo. Según un alto estratega del oficialismo: “Las dos son fundamentales para reducir los incentivos de emplear a una persona de manera informal. Acá lo que hay que hacer es aumentar la torta de contribuyentes”.
La informalidad, verdadero cuello de botella para el desarrollo, tuvo un pico de 42,6% en el tercer trimestre de 2024, según datos del INDEC. En el último trimestre medido, esa cifra descendió levemente a 42%, lo que sugiere un inicio de corrección en línea con la política económica del Gobierno. Sin embargo, la desocupación marcó un alza hasta el 7,9% en el primer trimestre de 2025, reflejo de un mercado laboral en transición.
Sobre este frente, el Presidente fue enfático en una reciente entrevista con LN+: “Nosotros ya hemos avanzado, ahora tienen la potestad de poder negociar entre las partes. Ya hicimos 2500 reformas, vamos a seguir haciendo más hasta convertirnos en el país más libre del planeta Tierra”. Y agregó con realismo político: “También tenemos que pasar estas por el Congreso. Para algunas tengo músculo, para otras no. A los gobiernos no peronistas se les exige más”.
La reforma previsional, en cambio, deberá esperar. Según una fuente incuestionable de Balcarce 50: “Para la previsional no te dan los tiempos del mercado laboral para llegar al 2026”.
Detrás de esta hoja de ruta se encuentra también una arquitectura política compleja. La posibilidad de aprobar las reformas está íntimamente ligada al resultado electoral de 2025, donde La Libertad Avanza aspira a ampliar su representación parlamentaria. En ese marco, la Casa Rosada monitorea con atención los movimientos de sus socios y aliados.

Durante la sesión en la que se dio media sanción al aumento jubilatorio y por discapacidad, el Gobierno registró con especial atención las abstenciones de nueve diputados ligados a Mauricio Macri. Un gesto interpretado como una advertencia en el marco de la negociación por las listas legislativas. “Nos llegó el mensaje de Mauricio”, reconoció un importante operador del oficialismo.
Lo mismo ocurre con ciertos gobernadores que, aunque colaborativos en la gestión, se enfrentan a La Libertad Avanza en la arena electoral. El conflicto no radica solamente en el reparto de recursos, sino en la disputa por el control político de sus provincias.
Este tira y afloje entre la estrategia gubernamental y la partidaria refleja una tensión interna dentro del oficialismo. Mientras Javier y Karina Milei conducen el proyecto libertario en su integridad, el día a día del gobierno está en manos del asesor presidencial Santiago Caputo, mientras que la lógica electoral se organiza desde el espacio conducido por Martín y Eduardo “Lule” Menem.
Esa aparente escisión es hoy vista como complementaria: “Lo partidario ahora termina siendo clave en lo gubernamental. Son gobernadores que nos ponemos del orto por competirles por cargos provinciales, cuando lo que nosotros necesitamos es garantizarnos los votos en el Congreso el año próximo”, expresó una voz de peso dentro del círculo más cercano al Presidente.