En un contexto de ajuste fiscal, sinceramiento de precios relativos y reordenamiento macroeconómico, los datos oficiales comienzan a contradecir abiertamente las narrativas catastrofistas instaladas por sectores opositores. El último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reveló que el consumo privado en el primer trimestre de 2025 alcanzó su valor más alto de la historia, medido en precios constantes de 2004 y ajustado por estacionalidad.

La serie tendencia-ciclo, que elimina los componentes transitorios y estacionales, muestra con claridad que el consumo privado no solo se sostiene, sino que supera cualquier pico previo registrado en los últimos 20 años, incluso por encima de los valores pre-pandemia y del ciclo expansivo 2010-2017.

Dos hombres posan para una selfie en una oficina con una bandera argentina y una pintura de fondo.
El ministro, Luis Caputo y el presidente de la Argentina, Javier Milei. | La Derecha Diario

Además, en términos interanuales, el consumo privado creció un contundente 11,6%, confirmando que la economía real empieza a sentir los efectos de la estabilización macro y el retorno de la confianza en el rumbo económico.

El dato en perspectiva

El crecimiento trimestral desestacionalizado del consumo privado fue del 2,9%, lo que implica una mejora sostenida respecto al trimestre anterior, desmintiendo la idea de una caída generalizada del consumo. Este dato cobra aún más relevancia si se considera que se da en simultáneo con una política fiscal restrictiva y sin emisión monetaria.

Los picos estacionales siguen presentes —como cada año—, pero lo relevante es la tendencia estructural: el consumo se recupera, incluso más allá del rebote esperado.

Gráfico de líneas que muestra la evolución del consumo privado en Argentina en miles de millones de pesos de 2004 entre 2004 y 2023 con tres series representadas consumo original, desestacionalizado y tendencia-ciclo según datos del INDEC

En el mismo período, la formación bruta de capital fijo se disparó 9,8% trimestral y 31,8% interanual, señal de que no solo se consume más, sino que también se invierte más. Estos datos configuran un escenario de doble expansión: tanto del consumo como de la inversión, los dos motores centrales de una economía dinámica.

Desde sectores críticos al gobierno de Javier Milei se insistió durante semanas en la supuesta “derrumbe del consumo”  como argumento para deslegitimar el plan económico. Sin embargo, el INDEC, organismo oficial y autónomo, desmiente tajantemente ese diagnóstico.

Los datos no dejan margen para la ambigüedad: el consumo no solo no cayó, sino que se encuentra en niveles récord históricos. Es el resultado de una economía que, pese al sinceramiento y los desafíos pendientes, recupera eficiencia, orden y previsibilidad. Desmintiendo a quienes se aferran a diagnósticos catastrofistas y lejos de ser un “ajuste salvaje”, el programa libertario continúa mostrando sus resultados tangibles en la vida cotidiana de los argentinos.