En una impresionante operación relámpago, Israel aseguró en apenas 48 horas la superioridad aérea sobre amplias zonas del territorio iraní, incluyendo el espacio aéreo de la capital Teherán. Así lo confirmó el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), quien afirmó: “Podemos decir que hemos logrado plena superioridad aérea sobre los cielos de Teherán”.

La ofensiva, desarrollada a partir del 13 de junio bajo el nombre en clave “Operación Rising Lion”, consiste en varias oleadas de ataques coordinados, principalmente por aire.

En las primeras horas del ataque, más de 200 aeronaves participaron en el bombardeo de al menos 100 objetivos militares estratégicos, entre ellos centros de comando del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (IRGC), lanzadores de misiles balísticos, arsenales de armamento pesado y sitios relacionados con el programa nuclear iraní.

Tres aviones militares vuelan en formación sobre un paisaje árido y montañoso.
Aviones de combate israelíes. | La Derecha Diario

La clave del éxito fue la combinación de precisión quirúrgica, tecnología de última generación y una notable acción encubierta del servicio de inteligencia israelí, el Mossad. Días antes de la operación aérea, drones y comandos especiales se infiltraron en territorio iraní para marcar blancos y neutralizar anticipadamente los sistemas de defensa aérea.

Uno de los logros más significativos fue la destrucción de cerca del 30% del arsenal de lanzadores de misiles tierra-tierra iraníes. Asimismo, fueron anuladas varias baterías antiaéreas rusas Tor-M1 y S-300, que hasta ahora protegían la infraestructura militar de Irán.

Los ataques se realizaron con aviones furtivos F‑35, misiles de precisión y sistemas de guerra electrónica que cegaron los radares enemigos, dejando prácticamente inoperativa la defensa aérea iraní en el oeste del país.

Cuatro aviones de combate vuelan en formación sobre un paisaje montañoso árido

Según analistas, este control aéreo permite a Israel operar con libertad en el espacio aéreo iraní por primera vez en su historia, ejecutando bombardeos sin recibir oposición efectiva desde tierra.

Mientras Irán ha intentado responder con el lanzamiento de más de 350 misiles y drones contra territorio israelí, la mayoría fue interceptada, y la capacidad de represalia de Teherán se encuentra visiblemente degradada.

Con esta acción, Israel no solo ha asestado un golpe militar devastador a las capacidades ofensivas de Irán, sino que ha enviado un claro mensaje estratégico.