Tras las pésimas actuaciones del gobernador de California, Gavin Newsom, en su gestión del estado, el presidente Donald Trump sugirió que el demócrata debería ser encarcelado. Por otro lado, el californiano ha solicitado a la justicia que se desestime la orden de Trump de llevar orden en medio de las protestas en Los Ángeles a través del despliegue de la Guardia Nacional.
El gobernador de California, Gavin Newsom, presentó el martes una solicitud urgente ante un tribunal federal para bloquear el uso de la Guardia Nacional y de los Marines en redadas migratorias en Los Ángeles, una medida ordenada por el presidente Trump en respuesta a los desmanes desencadenados por una intensificación en la aplicación de leyes migratorias.
La petición de Newsom surge después de que se informara que el Pentágono había modificado las órdenes originales para la Guardia Nacional, que inicialmente fue desplegada para proteger edificios federales.
Ahora, se les ha pedido proporcionar apoyo directo en operaciones de inmigración, como asegurar perímetros durante redadas y mantener calles despejadas para los agentes de inmigración.
Paul Eck, viceconsejero general del Departamento Militar de California, incluyó una declaración en la presentación judicial que confirma que el cambio en las órdenes fue comunicado por el Departamento de Defensa.
La administración Trump ordenó el lunes el despliegue de aproximadamente 4.000 miembros de la Guardia Nacional y 700 Marines en Los Ángeles, lo que generó una respuesta inmediata de las autoridades estatales y locales.
En lugar de agradecer por la asistencia otorgada por el gobierno federal, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y Newsom criticaron duramente la decisión, alegando que la presencia militar complica los esfuerzos de seguridad pública y agrava una situación ya tensa.
El comandante del Cuerpo de Marines, el general Eric Smith, confirmó que los Marines no han sido activamente involucrados en la represión de protestas, sino que se encuentran desplegados únicamente para proteger propiedad y personal federal. Añadió que los Marines no tienen autoridad para arrestar y que están capacitados para control de multitudes.
Sin embargo, Trump insinuó que podría invocar la Ley de Insurrección, que le permite desplegar fuerzas militares dentro del país en caso de rebelión o violencia interna. ”Si hay una insurrección, ciertamente la invocaré”, dijo el martes desde la Oficina Oval.
Las protestas, que comenzaron el viernes tras redadas federales que resultaron en más de 40 detenciones, se intensificaron durante el fin de semana. Manifestantes bloquearon autopistas, incendiaron vehículos y vandalizaron edificios, mientras que las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras.
A pesar de la magnitud de las protestas, tanto Newsom como Bass han señalado de forma vulgar que la descripción de Trump sobre un ”caos total” en la ciudad es exageración.
Funcionarios locales insistieron en que las fuerzas del orden estaban preparadas para manejar las manifestaciones sin necesidad de apoyo militar. El jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, expresó que el despliegue no coordinado de tropas con la policía representa un gran reto operativo.
El presidente Trump, por su parte, acusó a Newsom de mentir sobre una llamada telefónica reciente. Mientras Newsom dijo que el presidente no lo había llamado ”en el último día”, Trump respondió mostrando una captura de pantalla de una llamada realizada a la 1:23 a.m. del 7 de junio y aseguró haber hablado con el gobernador por 16 minutos.
El despliegue militar ha sido criticado por parte de los demócratas en el Congreso. La presidente emérita de la Cámara, Nancy Pelosi, acusó al presidente de utilizar tácticas autoritarias.
El fiscal general de California, Rob Bonta, también presentó una demanda legal contra el uso de la Guardia Nacional, alegando que Trump violó la soberanía del estado al ordenar el despliegue sin el consentimiento del gobernador.
El Departamento de Defensa estimó que el costo del despliegue asciende a USD 134 millones. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, defendió la decisión del presidente, asegurando que los fondos están disponibles y que los soldados son necesarios para proteger al personal federal.
Mientras tanto, la situación en Los Ángeles sigue siendo tensa. Aunque algunos disturbios han disminuido, persisten arrestos y confrontaciones. Decenas de personas fueron detenidas durante el fin de semana, incluyendo a individuos que lanzaron cócteles molotov o embistieron a policías con motocicletas. La tensión sigue latente mientras las autoridades locales, estatales y federales continúan en desacuerdo sobre la estrategia de seguridad.
