El brutal asesinato de Iryna Zarutska, una joven refugiada ucraniana de 23 años, ha conmocionado a Estados Unidos y ha reavivado intensos debates sobre la seguridad pública, la salud mental, y las políticas judiciales en las ciudades estadounidenses.
Zarutska fue apuñalada mortalmente el pasado 22 de agosto mientras viajaba en un tren en Charlotte, Carolina del Norte. El ataque, calificado como no provocado, ha sido descrito por las autoridades como una tragedia devastadora que podría haberse evitado.
El autor del crimen, Decarlos Dejuan Brown Jr., de 34 años, fue arrestado y enfrentaba ya cargos estatales por asesinato en primer grado. Sin embargo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el martes que Brown ha sido acusado a nivel federal de ”cometer un acto que causó la muerte en un sistema de transporte masivo”, un delito que lo hace elegible para la pena de muerte.

La Fiscal General Pam Bondi fue tajante en su declaración, asegurando que buscarán la pena máxima contra Brown:
”Este crimen imperdonable fue el resultado directo de políticas permisivas que priorizan a los delincuentes sobre las personas inocentes. He instruido a mis fiscales para que procesen este caso a nivel federal. Este individuo no volverá a ver la luz del día como un hombre libre.”
El FBI también se sumó a la investigación desde el inicio. Su director, Kash Patel, calificó el crimen como un acto despreciable y prometió que el agresor jamás será liberado:
”La brutal agresión a Iryna Zarutska fue un acto que nunca debería ocurrir en América. El FBI está comprometido a asegurar que se haga justicia, no solo por Iryna, sino por todos los ciudadanos que merecen vivir sin miedo.”

Por su parte, James C. Barnacle Jr., agente especial del FBI en Charlotte, enfatizó el trasfondo de Zarutska como una joven que había huido de la guerra en Ucrania para comenzar una nueva vida en Estados Unidos. ”Iryna probablemente ya había tomado ese tren muchas veces. Solo quería regresar a casa después del trabajo, pero trágicamente nunca llegó,” expresó.
El Fiscal Federal Russ Ferguson, del Distrito Oeste de Carolina del Norte, detalló que Zarutska vivía en un refugio antiaéreo antes de emigrar a Estados Unidos. Su historia de superación y adaptación, trabajaba en un centro de adultos mayores, una pizzería y cuidaba animales del vecindario, ha provocado un sentimiento de profunda tristeza tanto en Estados Unidos como en Ucrania.
Ferguson también explicó que los cargos federales complementarán el proceso judicial a nivel estatal, y que están evaluando formalmente si es viable buscar la pena de muerte. Mientras tanto, ya se ha confirmado que se solicitará cadena perpetua sin libertad condicional.

Las autoridades han revelado que el ataque fue extremadamente violento, con heridas visibles en el cuello y manos de la víctima. Brown, quien abandonó la escena con el cuchillo ensangrentado, tiene un amplio historial criminal y antecedentes de enfermedades mentales.
Este caso ha provocado un fuerte cruce político. Funcionarios como el Secretario de Transporte Sean Duffy advirtieron que podrían retirar fondos federales al sistema de transporte de Charlotte si se confirma negligencia institucional.