El dato del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) sorprendió al marcar un alza de apenas 1,6% en agosto, por debajo del 2,5% de julio. En términos interanuales, la suba acumuló 37,4%, mientras que en los primeros ocho meses de 2025 alcanzó 20%.
La novedad llegó en una semana marcada por el impacto político de la derrota oficialista en la provincia de Buenos Aires y un lunes negro en los mercados, con el dólar en alza y acciones en caída.
Sectores que más impulsaron los precios

El comportamiento de la inflación porteña fue heterogéneo:
- Vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles subió 1,9% por el aumento en alquileres, reparaciones y expensas.
- Transporte avanzó 3% por el encarecimiento de combustibles y automóviles, aunque los pasajes aéreos retrocedieron.
- Salud escaló 2,1% debido a la suba en las cuotas de la medicina prepaga.
- Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron 1%, con fuertes alzas en panificados (+2,2%) y frutas (+5,5%), pero bajas en verduras y legumbres (-1,2%).
- Restaurantes y hoteles registraron un incremento de 1,2%, suavizado por tarifas más bajas en alojamiento turístico.
- Prendas de vestir y calzado fue la única división con descenso mensual, de 0,4%, en un mes de liquidaciones.
Bienes, servicios y la inflación núcleo
El informe del IPCBA mostró que los Servicios crecieron 1,7% en agosto, por encima de los Bienes, que subieron 1,4%. En términos interanuales, los servicios acumulan una variación de 46,2%, frente al 24,6% de los bienes.

La inflación núcleo avanzó 2% mensual y 39,7% interanual, mientras que los precios Regulados —como combustibles y transporte— subieron 1,9%. En cambio, los rubros Estacionales retrocedieron 2,7% gracias a bajas en hotelería, paquetes turísticos y pasajes aéreos.
Proyecciones a nivel nacional
De acuerdo con estimaciones privadas, el dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional que publicará el Indec se ubicaría en torno al 2%. Los economistas señalan que el impacto de la devaluación de julio fue limitado por la recesión y la dificultad de trasladar subas a precios.