En medio del proceso de definiciones políticas de cara a las elecciones presidenciales de 2026, la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, volvió a marcar posición durante su participación en el seminario “Propuestas para Chile 2026-2030”, organizado por Clapes UC.

En un discurso que no estuvo exento de polémica, la exministra abordó críticas sobre su patrimonio personal y cuestionó lo que definió como prejuicios hacia quienes integran el comunismo.

Mujer de cabello corto y canoso sonríe mientras viste saco rojo y bufanda colorida con fondo de letras grandes y coloridas desenfocadas
Jeannette Alejandra Jara Román. | La Derecha Diario

“Contrario a lo que algunos piensan, a los comunistas no nos tiene por qué ir mal en la vida. También tenemos derecho a tener iPhone”, afirmó la candidata, en respuesta a rumores sobre supuestos bienes en el extranjero. “Tengo mi patrimonio, sí. Y estoy contenta por eso” añadió, defendiendo su situación económica.

Las declaraciones generaron un amplio eco en redes sociales y en el mundo político, ya que tocan un punto sensible: el contraste entre la retórica del Partido Comunista y el estilo de vida de sus dirigentes.

Desde diferentes sectores, se ha señalado que estas afirmaciones  reflejan una contradicción entre el ridículo discurso igualitarista que promueve el PC y la realidad económica de sus principales figuras.

Durante su intervención, Jara también  dedicó parte de su mensaje a cuestionar a la derecha, con especial énfasis en la candidata Evelyn Matthei, a quien criticó por sus declaraciones recientes sobre el golpe de Estado de 1973. “Me imagino que porque a lo mejor la discusión tributaria, constitucional y la convulsión que hemos vivido como país no les ha gustado (a los inversionistas nacionales), por las mismas razones que ahora le plantean a la derecha que si no hay lista única no hay platita”, señaló, apuntando contra el empresariado y la oposición.

Dos personas sonríen y levantan la mano mostrando cuatro dedos cada una

Sin embargo, las palabras de Jara no dejan de llamar la atención por la  evidente contradicción entre el discurso comunista  que promueve una supuesta igualdad y austeridad, y su propia justificación para poseer bienes de lujo.

Defender la militancia comunista aludiendo a la propiedad de un iPhone parece reducir el debate político a un gesto superficial.

Jara  no solo expone las inconsistencias del comunismo, sino que también deja abierta la  pregunta sobre si su proyecto político busca transformar el país o simplemente adaptarse a las mismas comodidades que critica en los demás.