El reconocido chef ítalo-argentino sorprendió a sus seguidores al abandonar temporalmente la televisión y su exitosa vida en Argentina para vivir una experiencia radicalmente distinta: comenzó a trabajar en un restaurante francés de élite como un cocinero más, sin privilegios ni reconocimiento, en busca de volver a conectar con la esencia de su vocación.
A más de veinte años de haber conquistado al público local con su carisma y talento culinario, Donato de Santis decidió dar un giro inesperado a su carrera. Dejó Buenos Aires atrás, armó las valijas y viajó a la Costa Azul francesa para sumarse como un empleado más al equipo de Mirazur, el restaurante de tres estrellas Michelin liderado por el platense Mauro Colagreco, considerado uno de los mejores chefs del mundo.
Lejos del rol de figura consagrada, Donato eligió mezclarse entre los aprendices y redescubrir desde abajo los ritmos y exigencias de una cocina de alta gama. “Me metí de incógnito en un restaurante de tres estrellas Michelin. Nadie sabe quién soy, nadie me conoce. Y eso… se siente liberador”, relató en su cuenta de TikTok, donde está documentando la experiencia como una especie de diario personal.
Donato de Santis habló de su nueva vida en Francia
“Después de tantos años, necesitaba volver a lo esencial: transpirar, correr, equivocarme, oler a cocina. Sentir esa adrenalina del primer día”, explicó sobre las razones que lo motivaron a dejar su zona de confort. Su relato, honesto y emotivo, se ganó rápidamente la empatía de miles de seguidores que lo felicitaron por animarse al desafío.
Sin embargo, no todo fue sencillo. Con el correr de los días, comenzaron a notarse los efectos del ritmo extenuante. En uno de sus videos nocturnos, grabado a las cuatro de la mañana, Donato confesó: “Hoy volví a afilar mis cuchillos, uno por uno, como hace mil años no lo hacía. La rodilla duele, pero el deseo empuja más fuerte”.
En otro posteo, más reflexivo, compartió: “Este viaje no empezó ayer. Se viene gestando desde hace años. No sé si es un sueño, un desafío o simple curiosidad, pero sé que tenía que hacerlo”.
Si bien algunos usuarios en redes cuestionaron que trabajar con Colagreco no es exactamente “empezar de cero”, la mayoría valoró su decisión de renunciar al ego y reencontrarse con su oficio desde el esfuerzo cotidiano.