Un nuevo informe ha revelado preocupantes irregularidades en el sistema de trasplantes de órganos en Estados Unidos, lo que ha llevado al secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), Robert F. Kennedy Jr., a anunciar una iniciativa de reforma profunda para proteger a los donantes y restaurar la confianza en el sistema.
La investigación, liderada por la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA), encontró múltiples casos en los que se intentó iniciar la extracción de órganos mientras los pacientes aún mostraban signos de vida o presentaban señales de recuperación.
Según un reportaje publicado el 20 de julio, estas fallas están en aumento en parte por la práctica de ”donación tras muerte circulatoria” (DCD), en la cual los órganos se extraen después de que el corazón deja de latir, pero sin que el paciente haya sido declarado con muerte cerebral.
En estos casos, el soporte vital se retira y los órganos se extraen en un lapso de dos horas. Sin embargo, el reporte identificó que en al menos 70 casos en Kentucky, las extracciones fueron canceladas porque los pacientes mostraron signos de recuperación, lo que debió haber detenido el procedimiento mucho antes.

Además, 55 profesionales médicos en 19 estados reportaron haber presenciado al menos un caso inquietante relacionado con este tipo de donación. Algunos incluso afirmaron que se administraron medicamentos para acelerar la muerte de los donantes, lo que plantea serias preocupaciones éticas y legales.
La revisión de HRSA incluyó 351 casos en los que se había autorizado la donación de órganos, pero finalmente no se completó. De estos, 103 (más del 29%) presentaron ”características preocupantes”. En particular, 73 pacientes mostraban señales neurológicas incompatibles con una muerte cerebral, y en al menos 28 casos, los pacientes podrían no haber estado legalmente muertos al momento del procedimiento.
Kennedy calificó los hallazgos como ”horribles” y afirmó que el sistema de trasplantes debe ser reformado de inmediato para garantizar que la vida de cada posible donante se trate con ”la santidad que merece”. Añadió que las organizaciones encargadas de la procuración de órganos serán responsables y deberán implementar acciones correctivas y cambios estructurales para evitar abusos futuros.

La investigación también puso en evidencia fallas en la evaluación neurológica, falta de coordinación médica, prácticas cuestionables de consentimiento y clasificaciones erróneas de causa de muerte, especialmente en casos relacionados con sobredosis.
Estos problemas fueron ignorados en una revisión anterior de la Red de Procuración y Trasplantes de Órganos (OPTN), que no detectó preocupaciones mayores, lo que refuerza las críticas sobre la falta de supervisión adecuada.
Ante estos hechos, la directora ejecutiva de la Red Unida para Compartir Órganos (UNOS), Maureen McBride, calificó las situaciones descritas como ”horríficas” y afirmó que el sistema de donación y trasplantes estadounidense, considerado como una referencia mundial, no puede tolerar tales fallos.
McBride pidió una estructura más unificada y responsable, además de un sistema de reporte de seguridad del paciente más eficaz. Añadió que UNOS presentará al Congreso una propuesta de reformas para mejorar la transparencia, la ética médica y la seguridad del sistema.
