De acuerdo con la última edición del Índice Big Mac publicado por The Economist, el peso argentino experimentó una importante corrección en su cotización real frente al dólar.
Según el relevamiento realizado en julio, la moneda local se encuentra un 14,6% subvaluada, luego de haber mostrado una sobrevaluación del 20,1% en enero, posicionándose en ese momento como una de las monedas más caras del mundo, apenas por detrás del franco suizo.
El cambio de tendencia es atribuible principalmente al nuevo esquema cambiario impulsado por el Gobierno nacional, que flexibilizó restricciones al mercado y permitió un sinceramiento gradual del tipo de cambio. Paralelamente, el precio del Big Mac en la Argentina —referente utilizado para este indicador global— se redujo en dólares, pasando a costar USD 5,13 al tipo de cambio oficial de junio, frente a los USD 6,01 que cuesta en promedio en Estados Unidos.

Esta diferencia lleva a que el tipo de cambio de paridad (PPP) se ubique en $1.098,17, mientras que la cotización oficial era de $1.286,01, reflejando una subvaluación.
Esta evolución tiene implicancias positivas en materia de competitividad externa, ya que un peso en estas condiciones favorece la producción local frente a las importaciones y mejora las condiciones del país en el comercio internacional. En términos prácticos, se traduce en una mayor convergencia de los precios internos con los internacionales, un objetivo reiterado por el Gobierno de Javier Milei desde su asunción.
Según indica el informe del medio británico, el último índice Big Mac muestra que, al menos en términos de hamburguesas, la tendencia se revirtió. El comportamiento del peso argentino se asemeja ahora al de otras monedas también subvaluadas, como el dólar neozelandés, el rial saudita y la corona checa, mientras que en el extremo opuesto se encuentran monedas fuertemente sobrevaluadas como el franco suizo (49,6%) y el peso uruguayo (29,6%).
Además, el informe destaca que la subvaluación del real brasileño (28,6%) y del yuan chino (40,9%) plantea un desafío adicional para la relación comercial con dos socios estratégicos con los que Argentina mantiene importantes déficits.

Sin embargo, el avance del peso argentino hacia una cotización más realista representa un paso significativo para recuperar márgenes de competitividad y corregir desequilibrios estructurales heredados.
El Índice Big Mac, creado en 1986 por The Economist y basado en la teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA), compara el precio de una misma hamburguesa en distintos países para evaluar el valor relativo de las monedas.
A diferencia de otros índices que dependen de canastas de consumo nacionales, esta medición permite una comparación simple y uniforme de precios en todo el mundo.
Con esta actualización, se consolida un proceso de normalización macroeconómica que ya se refleja en otros indicadores como la reducción del déficit fiscal, la desaceleración inflacionaria y la mejora en los niveles de reservas.
En el plano cambiario, el Gobierno ha logrado revertir una situación de atraso sostenido sin recurrir a saltos bruscos ni controles artificiales, consolidando así un entorno más transparente y previsible para el mercado.