San Lorenzo atraviesa un momento de extrema tensión institucional y financiera. Con el conflicto de liderazgo que involucra a Marcelo Moretti todavía sin resolverse, el club debe tomar decisiones urgentes para enfrentar las inhibiciones impuestas por la FIFA, que frenan su operatividad económica y complican el desarrollo de su  actividad futbolística.

Las deudas con el organismo internacional superan los 2.2 millones dólares y, de no saldarse, continuarán generando intereses y penalizaciones. Sin embargo, en el seno de la dirigencia azulgrana existe un fuerte debate sobre cómo actuar.

Letrero de la FIFA en un fondo azul con árboles al lado izquierdo
San Lorenzo le debe 2.2 millones de dólares a la FIFA | La Derecha Diario

Una parte del directorio cree que es más importante cancelar esas obligaciones para destrabar el mercado de pases. Otros priorizan asegurar el pago de sueldos del plantel profesional y de los empleados del club, ante un contexto financiero alarmante.

En medio de esta encrucijada, todo indica que Damián Ayude deberá afrontar un mercado de pases sin incorporaciones de jerarquía. El flamante técnico ya trabaja con los juveniles que conoce de su paso por la Reserva, y apuesta a potenciar los recursos internos ante la falta de refuerzos.

Entrenador y jugadores de un equipo de fútbol con camisetas rojas y azules celebran y se comunican en el campo durante un partido

El club recibió recientemente ingresos por la salida de Miguel Ángel Russo, Malcom Braida y Elián Irala, pero el total ronda apenas los 3 millones de dólares. Cómo se destinen esos fondos en las próximas semanas será crucial para definir si se paga la deuda o si se sostiene la estructura diaria.

Una posible salida a esta crisis financiera podría venir de la mano de una venta importante: Boca mostró interés en Gastón Hernández, zaguero que San Lorenzo tasó en 10 millones de dólares. Por el momento, las negociaciones no avanzaron y el pase parece lejano, aunque podría cambiar el panorama económico si se concreta.

Futbolista celebrando un gol con los brazos extendidos en un estadio lleno de público

Mientras tanto, el club sigue en medio de la incertidumbre, con un frente político inestable, inhibiciones que lo condicionan y una difícil tarea por delante, que incluye no solo  volver a ser competitivo, sino también sostener su funcionamiento más básico.