El candidato presidencial de la Alianza Popular, Andrónico Rodríguez, desestimó la convocatoria de unidad lanzada por el socialista Luis Arce. Aseguró que el jefe de Estado no es candidato y debe concentrarse en concluir su mandato.
“Tiene que dedicarse a terminar su gestión”, dijo desde Potosí. Rodríguez encabeza la Alianza Popular, un frente que busca aglutinar a la izquierda disidente del MAS. La tensión entre ambos actores refleja la fractura interna del oficialismo.
La declaración del senador se produjo un día después del llamado de Arce a unificar a los frentes progresistas. Desde la Casa Grande del Pueblo, el mandatario visiblemente preocupado suplicó conformar un bloque popular sólido.
La intención, según explicó, es ofrecer una verdadera alternativa electoral frente al avance de la oposición. Sin embargo, la propuesta fue vista como tardía y oportunista por los sectores críticos. Rodríguez fue el primero en marcar distancia con una respuesta frontal.
El presidenciable de Alianza Popular cuestionó el protagonismo de Arce en el proceso electoral. Reprochó que intente dirigir alianzas cuando no participa como postulante. En su criterio, el mandatario debería mantenerse al margen del debate político.
También afirmó que su propia alianza convocará a la unidad de la izquierda. Pero dejó claro que esa iniciativa se construirá alrededor de su liderazgo.
Rodríguez ya había adelantado su intención de reagrupar a los sectores sociales e indígenas. Dijo que llamará a todos los grupos y organizaciones del campo progresista. Aún no dio fecha para ese encuentro, aunque sus voceros aseguran que los contactos están en marcha.
Unidad en torno a Rodríguez

Desde Cochabamba, Carlos Solá confirmó que la Alianza Popular acepta la unidad, pero en torno a Rodríguez. Afirmó que el joven dirigente representa renovación y claridad ideológica.
El rechazo de Rodríguez ocurre en un contexto marcado por la caída de su candidatura en las encuestas. Según el último estudio de Spie Consulting, su intención de voto bajó más de seis puntos en un mes. Pasó de 14,69% en junio a 8,26% en julio.
Esta caída coincidió con el ascenso leve de Eduardo del Castillo, candidato del MAS. También con el estancamiento de otras figuras como Eva Copa.
Desde el Chapare, Evo Morales también descartó asistir a la reunión convocada por Arce. Su entorno condicionó cualquier diálogo a que se reconozca su candidatura presidencial.
Leonardo Loza, uno de sus aliados, dijo que solo habrá unidad si Evo es cabeza de bloque. Esta posición cierra la puerta a un consenso amplio entre los exmilitantes del MAS. La ruptura parece profundizarse pese a los esfuerzos de algunos sectores.
La última esperanza del Gobierno

En contraste, el ministro de Defensa Edmundo Novillo saludó la apertura inicial de la Alianza Popular. Aseguró que hay señales positivas desde el sector de Rodríguez. Dijo que aún es posible reconstruir el bloque popular que ganó elecciones desde 2005.
Para ello, pidió madurez política y dejar de lado los intereses personales. Señaló que la fragmentación solo favorece a la derecha.
Novillo recordó que las bases populares exigen una candidatura única. Criticó las declaraciones “inmaduras” de quienes rechazan el diálogo sin condiciones.
Subrayó que el llamado del presidente debe tomarse con responsabilidad. Insistió en que hay tiempo para sentarse a negociar un proyecto común.
El ministro también cuestionó la actitud de quienes descalifican el papel del presidente. Argumentó que deslegitimar la convocatoria es un acto de irresponsabilidad. “La historia nos juzgará si no nos unimos”, advirtió.
Andrónico intenta desmarcarse del Gobierno

Rodríguez, sin embargo, mantuvo su posición crítica frente al mandatario. Acusó al presidente de intentar aprovechar la coyuntura electoral.
Lo responsabilizó por la crisis interna del oficialismo. Y reiteró que la unidad debe construirse sin interferencias del Ejecutivo.
El presidente del Senado evitó confirmar si asistirá o no a la reunión planteada por Arce. Aunque su vocero dijo que sí participarán, condicionó el diálogo a que se reconozca el liderazgo de Rodríguez.
En los últimos días, Andrónico intensificó su campaña con visitas a Sucre y otras regiones. Ha evitado participar en foros públicos convocados por entidades como la Cainco.
Su estrategia se basa en el contacto directo con organizaciones sociales. Busca reposicionarse tras la baja en las encuestas. La falta de unidad ha debilitado su imagen ante el electorado.
El régimen avizora su caída

El oficialismo enfrenta un momento de dispersión pocas veces visto desde 2005. Cuatro candidaturas compiten por el mismo electorado: Andrónico, Del Castillo, Copa y Morales.
Ninguna logra consolidar una mayoría suficiente. Esta fragmentación abre la posibilidad de un triunfo opositor. Por eso el llamado de Arce buscaba frenar ese escenario.
Aunque no es candidato, Arce intenta sostener su influencia en el bloque popular. La respuesta de Rodríguez refleja la lucha por el control de la izquierda. Una batalla que aún no tiene un desenlace claro.
Para el Gobierno, la unidad no es solo una estrategia electoral. Es también una forma de evitar el avance del “bloque conservador”, como lo llaman.
Un Arce notablemente afligido advirtió que la oposición podría desmantelar las empresas estatales. Aseguró que el país retrocedería hacia las políticas neoliberales. Sus palabras no bastaron para generar consenso que buscaba.