Uruguay, un país supuestamente conocido por su “estabilidad” económica y su papel estratégico como base para la flota pesquera gallega en el Atlántico Sur, se encuentra al borde de un colapso en su industria pesquera.

Lo que comenzó como un conflicto sindical liderado por el Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (SUTMA) se ha convertido en una crisis que amenaza miles de empleos, frena inversiones extranjeras y pone en jaque la reputación de Uruguay como destino confiable para los negocios.

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Una demanda sindical que paraliza una industria

El conflicto estalló cuando SUTMA, un sindicato de ideología marxista guevarista, exigió la incorporación de un segundo patrón por barco fresquero, una medida no contemplada en el convenio colectivo vigente hasta 2027.

Lo que podría haber sido una negociación laboral se transformó en una huelga de proporciones catastróficas, extendiéndose a buques congeladores y plantas industriales que nada tienen que ver con la demanda original.

Empresas como Belnova, la principal exportadora pesquera de Uruguay, están pagando un precio devastador. Con más de 200 empleados directos y una inversión de 47 millones de euros en los últimos años, la compañía reporta pérdidas diarias de 300.000 euros.

La patronal y el gobierno: entre la inacción y las amenazas

La Cámara Industrial Pesquera Uruguaya (CIPU) no ha escatimado en críticas. Según la patronal, el paro ha estado acompañado de amenazas y motines que han generado un clima de inseguridad operativa.

Bandera roja con una rueda de timón y un ancla en el centro, franjas diagonales blancas y azules y las siglas SUNTMA PIT-CNT en la esquina superior izquierda
SUNTMA, logotipo. | Redacción

“Esto es un sabotaje a la industria y a los trabajadores que dependen de ella”, declaró un representante de CIPU. La organización acusa al Ministerio de Trabajo, bajo el gobierno de Yamandú Orsi, de una inacción que agrava la crisis.

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El impacto económico es innegable. La pesca representa una fuente vital de divisas para Uruguay, y su paralización pone en riesgo miles de empleos directos e indirectos.

Un golpe a la imagen internacional de Uruguay

Uruguay ha sido históricamente un faro de estabilidad en América Latina. En los titulares internacionales, Uruguay ya no aparece solo como un destino turístico o un exportador de carne, sino como un país donde los conflictos sindicales pueden paralizar sectores enteros.

La prensa gallega, en particular, ha sido contundente. Empresas con décadas de presencia en el país están reconsiderando su futuro en Uruguay.

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Los sindicatos: Saboteadores del progreso

El SUTMA defiende su postura argumentando que busca mejores condiciones laborales y mayor seguridad para los trabajadores del mar. Sin embargo, la extensión de la huelga ha generado críticas incluso entre los propios trabajadores.

Inspirados en conflictos similares en otras partes del mundo, los sindicatos uruguayos parecen haber adoptado una estrategia de confrontación total, sin medir las consecuencias.

Un llamado urgente a la acción

El gobierno de Yamandú Orsi enfrenta una prueba de fuego. La inacción del Ministerio de Trabajo ha exacerbado el conflicto y envía un mensaje preocupante a los inversores internacionales.

Pescador sosteniendo una trampa de cangrejos sobre un bote en el mar

Cada día de paro es un día de pérdidas millonarias, empleos en riesgo y una mancha más en la imagen de Uruguay. La pregunta ahora es si Uruguay podrá superar esta crisis autoimpuesta o si, por el contrario, los sindicatos habrán logrado, sin quererlo, hundir una industria que era sinónimo de progreso.