El plan diseñado por el presidente Trump de reabrir la cárcel de Alcatraz para volver a convertirla en una prisión de máxima seguridad que albergue a los criminales más peligrosos está cerca de ser una realidad.
Desde la Casa Blanca confirmaron que se están evaluando tres distintos proyectos.
El primero, de mayor modestia, costaría alrededor de los mil millones y reformaría solamente la estructura; el segundo consistiría en licitar la obra para que contratistas privados construyan y operen el complejo penitenciario mientras que el tercero y más ambicioso se basaría en demoler la vieja prisión y construir una nueva desde cero.
Con todo, el gobierno planea asignar 2 mil millones para este proyecto, aunque los funcionarios subrayaron que el plan todavía está en etapas tempranas.

“Trump habla en serio. Y si él lo dice, lo vamos a hacer”
El plan de Trump fue inicialmente ridiculizado por los demócratas, pero el Presidente está tan decidido a reabrir el complejo penitenciario que sus asesores ya han comenzado a calcular costos y visitar el lugar.
Esta semana, dos altos funcionarios del ejecutivo visitaron la isla ubicada en la bahía de San Francisco.
La fiscal general Pam Bondi, a cargo del departamento que supervisa el Servicio Penitenciario estadounidense, y el secretario del Interior Doug Burgum, cuya oficina es dueña del terreno federal y administra el sitio donde está ubicada la prisión, recorrieron las instalaciones.
“La gente pensó que era una broma, un comentario al azar”, dijo otro funcionario al referirse a la idea de Trump cuando la comunicó al mundo el pasado mayo. “Pero el presidente habla en serio. Y si él lo dice en serio, lo vamos a hacer”.

Las dudas sobre Alcatraz
Alcatraz dejó de funcionar como prisión en 1963. En ella fueron encarcelados los criminales más infames de la historia estadounidense, como es el caso del líder mafioso Al Capone. Desde entonces, la isla sirve como un atractivo turístico.
Los altos costos operativos, que incluían el deterioro de la infraestructura carcelaria y el hecho de que había que transportar los alimentos y el agua a la prisión por vía marítima, impulsaron al servicio penitenciario a abandonar el recinto.
“Cuando éramos una Nación más seria, en tiempos pasados, no dudábamos en encerrar a los criminales más peligrosos y mantenerlos lejos de cualquiera que pudieran dañar”, escribió Trump el 4 de mayo en Truth Social al anunciar la reapertura.
“Así es como se supone que debe ser”, concluyó.
